Al consumidor mexicano la piratería no le parece un delito grave; el análisis costo-beneficio se enfoca en el bajo costo económico comparado con el de los productos originales.
La piratería se comercializa principalmente en canales de distribución informales e ilegales con controles de calidad y regulación escasos o nulos, como los tianguis y mercados. Pero, ¿te has preguntado cómo te afecta esta decisión de compra? Recuerda que “lo barato sale caro”. La piratería puede afectar seriamente tu salud o incluso ocasionarte la muerte. Además de diversos riesgos, como encontrar medicamentos con receta que no son eficaces, peligro de incendios por productos electrónicos mal cableados y productos químicos de baja calidad en pintalabios y leches infantiles de fórmula (OCDE).
Sin embargo, su consumo es generalizado. Por nombrar un ejemplo, 53% de la población que utiliza internet descarga de manera ilegal y frecuentemente música, películas y/o series de televisión piratas, a pesar de que esto pone en riesgo el desempeño y la integridad de computadoras y demás dispositivos electrónicos.
Un modo de vida
La compraventa de productos piratas tiene además un alto impacto en la economía y competitividad del país. Los comerciantes de productos ilegales viven dentro de la informalidad. Como lo señala el Observatorio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), son trabajadores a pequeña escala o vendedores ambulantes que no tienen las mismas obligaciones fiscales ni los mismos derechos que la población empleada en el sector formal. Esta condición les permite ofrecer los productos a precios más accesibles en el mercado, ocasionando una competencia desleal.
Detrás de la cortina
Por último, las mercancías falsificadas se mueven sobre la superficie. No obstante, detrás existe un mundo de ilegalidad que el consumidor ignora, pues con las ganancias de este mercado sombra se financian otros tipos de delitos graves, como el tráfico de personas y armas, el tráfico de drogas, la estafa mediante tarjetas de crédito y el lavado de dinero (UNESCO), que seguirán permeando en la sociedad.
En AmCham trabajamos por promover un entorno de legalidad en México y por ello, la defensa de las creaciones de la mente, llamada “propiedad intelectual”, es toral para la organización, pues se relaciona con la formalidad, la innovación, la legalidad, la productividad y la competitividad. Además, implica el respeto y el impulso a la originalidad y creatividad humana.
Solución compartida
Para contrarrestar esta compleja problemática, es fundamental la colaboración entre las autoridades y el sector privado. En AmCham, desde hace ocho años realizamos entrenamientos de oficiales de Aduanas; abarcamos 70% de las aduanas del país y hemos capacitado a más de dos mil oficiales. Hace cuatro, comenzamos a realizar destrucciones de productos pirata con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Con la participación de la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Intelectual (AMPPI) y la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE); el pasado cinco de diciembre logramos una destrucción histórica, de más de cinco millones de productos infractores.
Es claro. La piratería no es inofensiva. Es un verdadero lastre para México y los mexicanos. Es la diferencia entre la honradez y la corrupción; entre entornos seguros y de desarrollo, o de vulneración a nuestra integridad. Es la diferencia entre competitividad y subdesarrollo. Y por ello, es necesario actuar, desde nuestras decisiones de consumo hasta el simple hecho de minimizar esta actividad delictiva que nos afecta a todos.
*El autor es Presidente del Comité de Derechos de Propiedad Intelectual de AmCham/Mexico y Asociado Sr. en Olivares y Cía.
me vale verga y ¡Que Viva el PRI! AJUA!