#Opinión 🗣️ || ENTROPÍA POLÍTICA // EL TABLERO DE LA SIERRA NORTE: LA GUERRA POLÍTICA EN VENUSTIANO CARRANZA

#Opinión 🗣️ || ENTROPÍA POLÍTICA

𝑷𝒐𝒓 𝑬𝒅𝒈𝒂𝒓𝒅𝒐 𝑳ó𝒑𝒆𝒛 𝑹𝒐𝒃𝒍𝒆𝒔

EL TABLERO DE LA SIERRA NORTE: LA GUERRA POLÍTICA EN VENUSTIANO CARRANZA

"Todos ven lo que aparentas, pocos advierten lo que eres." — Nicolás Maquiavelo

Querido lector,

Se acercan las elecciones extraordinarias en cuatro municipios de Puebla, y en tres de ellos —incluyendo Chignahuapan— el desenlace parece estar definido por acuerdos políticos que perfilan con claridad a un vencedor. Sin embargo, la situación en Venustiano Carranza es distinta. Este municipio, con su compleja dinámica electoral y social, se perfila como el epicentro de una contienda feroz, donde la ausencia de una operación política efectiva por parte del gobierno estatal no es un mero descuido, sino posiblemente el reflejo de su implicación en el conflicto.

El registro de Ernesto García por Morena y de Marcos Valencia por el PAN no es solo una disputa electoral cualquiera; es la continuación de una pugna que ha moldeado la vida política de Venustiano Carranza durante más de una década. A simple vista, podría parecer una competencia entre dos partidos, pero el lector no debe engañarse: la verdadera lucha se libra entre dos fuerzas con un historial de confrontación implacable. De un lado, Ardelio Vargas Fosado, arquitecto de un cacicazgo que se extiende desde Xicotepec y que ha sido pieza clave en el control político y de seguridad de la región. Del otro, la familia Valencia, un grupo que ha resistido la hegemonía de Don Vito Corleone y que, a pesar de los embates, ha mantenido una estructura de poder propia con influencia local y redes de apoyo que trascienden las siglas partidistas.

Esta no es una contienda electoral convencional; es la manifestación más reciente de una disputa de poder profundamente arraigada en la estructura política y social de la Sierra Norte de Puebla. Ardelio Vargas, con su historial como operador de seguridad en los niveles más altos del país, representa una forma de control sobre las corporaciones policíacas y la asociación ganadera. La familia Valencia, por su parte, ha construido su poderío desde una lógica territorial, consolidando alianzas en el municipio y en sectores que buscan una alternativa al dominio de Don Vito Corleone.

El interés del cacicazgo de Xicotepec en derrotar a los Valencia no es menor. Esta disputa no solo define el control político del municipio, sino que tiene implicaciones estratégicas para toda la región. Venustiano Carranza es un punto clave en la geopolítica local: su ubicación, su red de influencias y su historia de resistencia lo convierten en una plaza que, en manos de la facción equivocada, podría alterar el equilibrio de poder en la zona. Para la familia Valencia, mantenerse en pie en este conflicto es más que una cuestión electoral; es una lucha por la supervivencia política.

Nada está escrito. En estos días de campaña, el panorama podrá definirse con mayor precisión en la medida en que la elección adquiera intensidad y las estructuras políticas desplieguen su verdadera capacidad en el campo de batalla. Lo que sí es innegable es que en Venustiano Carranza la moderación no tiene cabida. Lo que podría parecer una contienda partidista es, en realidad, la continuación de una lucha prolongada entre dos grupos que han convertido la política local en una guerra de resistencia. Los agravios acumulados, las traiciones y las estrategias de dominación han llevado a que cada proceso electoral se convierta en un ajuste de cuentas.

El desenlace de esta elección no solo definirá al próximo gobernante, sino que también podría redefinir el equilibrio de poder en la Sierra Norte de Puebla. Para la ciudadanía, sin embargo, la disputa no se traduce en beneficios tangibles. Venustiano Carranza continúa sumido en el abandono con altos niveles de inseguridad, rezago en infraestructura y una ausencia crónica de servicios básicos. La política, en este territorio, parece ser un juego de élites que poco tiene que ver con las necesidades reales del pueblo. Aun así, el desenlace sigue abierto. La elección extraordinaria será un punto de inflexión donde los actores políticos demostrarán su capacidad de movilización, negociación y resistencia. En Venustiano Carranza, el poder no se gana, se conquista. Y solo quienes dominen una estructura forjada en la confrontación podrán reclamar la victoria.

Mientras tanto, seguimos observando, porque observar no es lo mismo que mirar. Mirar es percibir lo evidente; observar es leer entre líneas, entender los silencios, las estrategias y las verdaderas intenciones detrás de cada movimiento.

¡Nos vemos en la próxima edición! Hasta pronto.