Por Edgardo López Robles
Estimado lector, la movilización en favor del INE es un acto de congruencia del bloque conservador y quizás por eso consiguieron tener más asistencia que en otras ocasiones al llenar el zócalo de la Ciudad de México. Una de las tesis doctrinales de la derecha es conservar intactas las formas de gobierno de las que emanan sus instrumentos de dominación.
En la antigüedad defendieron a la corona española, incluso trajeron a Maximiliano para convertirlo en rey. Hoy defienden los viejos pilares del régimen del PRI que emanaron de la revolución mexicana y con los que estuvieron de acuerdo desde el comienzo. No hay que olvidar que el primer desprendimiento mayor del PRI no fue Cuauhtémoc Cárdenas, fue Manuel Gómez Morin el fundador del Partido Acción Nacional. Quien en los años veinte fue Secretario Adjunto de Finanzas en el gobierno de Álvaro Obregón y posteriormente. Asesor financiero de Plutarco Elías Calles, durante el cual desempeñó un papel activo en la creación de las leyes económicas más importantes de la post-revolución. Es decir, el Pan, el PRD, Movimiento Ciudadano y Morena, tienen como precedente histórico al revolucionario institucional. Todos los caminos conducen hasta el tricolor.
Esta última consideración es fundamental para entender la razón por la cual muchos militantes priístas tienen una mentalidad conservadora. Que los mantiene permanentemente aliados a acción nacional. Debido a que el PRN, precursor del PRI, no nació de un partido político, pero sí de un movimiento. Que congregó a más de doscientas organizaciones y partidos nacionales y regionales. En otras palabras, convergían diversas ideas, entre ellas el pensamiento conservador. Por lo tanto, hoy todos los herederos de dicho planteamiento luchan por el mantenimiento de las viejas costumbres políticas. Se organizan para evitar que cambien las formas de gobierno que apoyan su razonamiento. Por este motivo, debe aplaudirse que las élites financieras luchen por la preservación de su manera de pensar e imaginarse el país. Al menos están siendo consecuentes con su línea doctrinal.
La definición de la palabra «conservador» en los diccionarios de la lengua es la de aquel individuo que es partidario de mantener los valores políticos, sociales, morales y tradicionales y que se opone a las reformas o cambios radicales en la sociedad. Para esta última consideración, es que los integrantes del PAN y del PRI que el domingo salieron para concentrarse en el zócalo de la Ciudad de México. Están siendo leales con sus ideas. Son contrarios al cambio porque consideran que el antiguo régimen es el adecuado para el país. Tienen la convicción de que las formas superiores de la política nacional se practicaron durante los sexenios del PRI y del PAN. A tal punto que Felipe Calderón y Vicente Fox son sus referentes éticos. Lo cual es respetable.
Por ello, todos aquellos macehuales que pretendan que todo siga igual deben ubicarse en el bloque conservador. Ahí están los hombres y mujeres que de forma legítima aspiran a que nada cambie y que la valores tradicionales se mantengan intactos. Desde el amplio abanico de las izquierdas, estamos obligados a aplaudir la congruencia y respetar el derecho a disentir. Porque estas acciones fortalecen las libertades de nuestra joven democracia. El amable receptor de esta reflexión debe disculpar la emoción de este analista, ya que por un momento olvidó que vivíamos en una dictadura obradorista.
¡Hasta la Próxima!
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