A los jeques petroleros del mundo árabe no se los conoce por su descontento, después de todo están sentados sobre millones de barriles de petróleo que les aseguran riquezas por al menos otro siglo.
Por ello sorprendió que la compañía petrolera más grande del mundo, Saudi Aramco, pronosticara un panorama sombrío. La demanda mundial de petróleo podría alcanzar su punto máximo en 2040. Esta proyección alentó la venta de acciones prevista para diciembre.
El “pico petrolero” es un tema del que se discute desde los años 50, cuando el geólogo de Royal Dutch Shell, M. King Hubbert, anticipó que la producción de petróleo de EU aumentaría en los años 70, y que el resto del mundo se quedaría sin crudo poco después. Esto no sucedió debido a los nuevos descubrimientos y las mejoras en eficiencia. No obstante, el pico de la demanda de petróleo significa algo totalmente diferente hoy, que el mundo está cada vez más preocupado por el cambio climático. La gran petrolera se mantiene optimista Aramco publicó en un documento oficial que “la presión social para reducir la contaminación y las emisiones de carbono” ha conducido a políticas de cambio climático que podrían “reducir la demanda mundial de hidrocarburos e impulsar la transición hacia los combustibles menos contaminantes, como el gas natural, o las fuentes de energía alternativas”. En febrero, el director de la compañía, Amin Nasser, se contradijo. Sin embargo, hay varias razones para pensar que el ejecutivo podrían estar equivocado. Proyecciones turbias
Hay un rango de 20 años entre las estimaciones del pico petrolero. El informe Perspectivas de la Energía Mundial 2019 publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) dice que la producción mundial de petróleo aumentará un millón de barriles al día (mb/d), en promedio cada año, hasta el 2025. Sin embargo, a finales de la década de 2020 y durante la de 2030, la demanda de crudo aumentaría sólo 0,1 mb/d en promedio anual. “No hay un pico definitivo porque los sectores petroquímico y de transporte terrestre, marítimo y aéreo crecen de forma constante“, afirma la organización. Otros observadores del mercado energético, como las consultoras Alliance Bernstein, Equinor ASA y McKinsey, son más escépticos. Por ejemplo, Bram Smeets, de McKinsey cree que la demanda de crudo alcanzará su punto máximo a principios de la década de 2030. No obstante, los avances en la eficiencia de los vehículos, el aumento de los autos eléctricos, la promulgación de normas de emisiones más estrictas y el cambio a otras fuentes de combustible podrían afectar la demanda de petróleo mucho antes. ¿Y si nos tomáramos en serio el cambio climático?
En virtud del Acuerdo de París de 2015, 195 Estados miembros de las Naciones Unidas se han comprometido a emprender acciones para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales.
Si todos los gobiernos del mundo asumieran políticas para frenar el calentamiento global, los príncipes saudíes tendrían razones para preocuparse por el modelo de negocio de su país.
“Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados, se requieren cambios significativos en los sistemas de energía. Si eso ocurriera, prevemos un escenario en el que la demanda de petróleo alcanzaría su punto máximo a mediados de la década de 2020”, dice Bram Smeets de McKinsey. Aunque la mayoría de los analistas considera que este escenario es poco realista, otros dan cuenta de la forma como la disminución de la inversión está empezando a afectar a la oferta de petróleo.
Entre 2010 y 2014, los altos precios del petróleo, de alrededor de 100 dólares por barril, estimularon una avalancha de proyectos costosos. Hoy en día estos proyectos “apenas son capaces de generar valor” con un precio actual de 50 dólares por barril, según un informe reciente de la consultora Rystad Energy.
“A largo plazo, los patrones de inversión sugieren que solo a las grandes compañías petroleras les interesa el concepto de pico de petróleo”, dice el informe de Alliance Bernstein. Esto significaría que las reservas de Arabia Saudita, con expectativas para otros 100 años, podrían convertirse en “activos varados”.
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