En el Tecnológico de Cuautitlán Izcalli, para la comunidad, hoy en día es muy común consumir agua de lluvia, y los principales beneficiados son los alumnos.
“Traigo agua de mi casa, pero cuando se acaba, la verdad necesito agua, y en lugar de salir o comprar otra, prefiero rellenarla aquí porque es agua de calidad” José Francisco, estudiante
Desde hace 11 años este instituto capta agua de lluvia para dar de beber a las más de 6 mil personas que conforman la comunidad: docentes, académicos, estudiantes y administrativos.
El Tecnológico de Cuautitlán Izcalli es el único plantel del país que tiene este sistema donde el agua pluvial se capta, potabiliza y purifica, con el único objetivo de consumo humano.
“Se capta el agua de lluvia, y una vez que se junta, nosotros lo purificamos para después llenar garrafones a los que la comunidad tenga acceso” María Edith Lemus Hernández, responsable del programa de captación de agua pluvial
El proceso desde que llueve, hasta que la beben en el Tecnológico de Cuautitlán Izcalli
El proceso de captar, purificar y hacer apta para consumo humano el agua de lluvia no es sencillo, según lo explica Efrén, estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial.
“El primer paso es la caída de lluvia, después pasa al sedimentador, que es donde llegan las partes de las hojas, para después pasar a la caja de agua y luego al tanque, que está afuera de la purificadora, donde se clora, y así parar a la purificación y potabilización” Efrén Cervantes, estudiante de Ingeniería Industrial
Los ocho edificios del plantel sirven como captadores conectados a una tubería que acumula más de millón y medio de metros cúbicos y a tres cisternas con capacidad de 10 mil litros cada una.
Después de ser clorada, se potabiliza con tres filtros naturales y su salinización.
“Nuestro proceso de potabilización comienza con un tanque que tenemos allá afuera; ahí cloramos el agua y posteriormente la mandamos con un presurizador hacia los filtros. Se inicia con el filtro de helecho profundo, carbón activado, el filtro suavizador y la salmuera” Octavio Cruz, responsable de operación del sistema de captación de agua pluvial
Hasta aquí el agua de lluvia ya podría servir para el riego de jardines y en el área de sanitarios del Tecnológico de Cuautitlán Izcalli, pero después viene la purificación. Se utiliza un aparato llamado ósmosis inversa, que es como un riñón humano que separa el agua para beber y el agua para riego.
“Una vez en este proceso, nos la manda al tanque de rechazo y al tanque de consumo; este aparato es el alma de nuestro proceso” Octavio Cruz, responsable de operación del sistema de captación de agua pluvial
Luego de pasar por un ozonificador, lámparas UV y un filtro mineralizador, está lista para beberse.
“La calidad es comprobada a través de un análisis fisicoquímicos y organolépticos de un laboratorio acreditado por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), la cual regula a todo el sector alimentario” María Edith Lemus Hernández, responsable del programa de captación de agua pluvial
Con la primera temporada de lluvia del año, la institución asegura agua para seis o siete meses, y con las siguientes lluvias acumula hasta para un año.
De acuerdo con los encargados del proyecto, este sistema busca ser replicado en hogares y empresas, para tener agua purificada todo el año, y de la más alta calidad.
Hozzászólások